Cuando comienzas a buscar viajes en moto por internet y las redes sociales, acabas descubriendo diferentes personas que hacen de la moto su vida. Conoces sus destinos, sus motivaciones… y comienzas a imaginar cómo será su carácter y su trato personal.
En este caso, no tenemos el gusto de conocerla en persona, pero ha sido suficiente intercambiar unas palabras por email, para saber que nos encantaría hacerlo.
Elsi Rider, la segunda mujer del mundo y primera de España en recorrer Irán en moto en solitario. Toda una aventurera y luchadora encima de su moto y en su vida personal.
Seguro que muchos/as habéis asistido con admiración a sus charlas como embajadora de BMW Motorrad España, leído sus artículos, disfrutado con sus entrevistas en TV, radio, webs… Elsi Rider es una mujer de referencia en el mundo de la moto.
Preparaos para dejar que cada palabra os inunde de su fuerza, emoción, pasión y valentía. Si quieres soñar, sigue leyendo para sumergirte en la historia de esta gran piloto.
Mi nombre es María. Elsi surgió simplemente de una combinación con una compañera de trabajo hace muchos años, cuando en los foros moteros era toda una maniobra registrarse… María1000 “ocupado”, María600 “ocupado”, María “ocupado”. Mi compañera se llamaba Elsa y también estaba “ocupado”, así que cambié una vocal y “voila”!, estaba libre, así que “ELSI RIDER”. Con el paso de los años, hasta el cartero ya me conoce por ese nombre.
Nací en León, de abuelo asturiano y abuela castellana. Pasé mi infancia en Galicia, y ahora vivo en la maravillosa tierra asturiana, en Oviedo y bueno, si me preguntáis de dónde soy, me gusta decir que simplemente me considero “ciudadana del mundo”. Con respeto absoluto a todas las opiniones, la mía es que no siento esa férrea unión con una bandera, lo que no quiere decir que no me siente orgullosa y mucho, de mi procedencia y de mi nacionalidad.
¡Madre mía!, me cuesta ahora contabilizarlos, lo que me permite darme cuenta de que estoy cumpliendo mis sueños de conocer este mundo. He ido a la India en moto atravesando por todos los países correspondientes, he recorrido Irán y el Cáucaso. Me he ido también desde Asturias a la Península Arábiga y siempre desde mi garaje, mi campo base como digo yo, ahora en Asturias y regresando en moto.
También he recorrido España y Europa en su mayoría, y bueno, ahora con esta pandemia, como casi todo el mundo, viajo en mi moto por donde se puede; el último viaje fue de un mes recorriendo los valles verdes cántabros.
Mis viajes son de meses, por lo que esos son los que viajo en solitario y por ejemplo en mi viaje a la India hice 18.000 km, sobre 12.000 km recorriendo el Cáucaso, 15.000 km en Asia Central, 18.000km en mi viaje a la Península Arábiga.
Me preguntáis por mis motos y os vais a sorprender…. ¡Procedo del mundo custom!. Fue en una prueba de off-road que hice con mi vieja Yamaha Drag Star por el sur de Portugal, donde hace años gracias a Miguel Lamas, descubrí con su GS1200 que aquella moto me gustaba y sobre todo gracias a un chico de aquel evento que me dejó su F700GS de la que me enamoré y caí rendida a sus “ruedas”.
No digo que no me guste disfrutar de compañía, me encanta, pero estos viajes son muy personales y prefiero hacerlos en soledad por muchas razones como conocerse a uno mismo, las limitaciones, miedos, fortalezas. Además siempre te acercas más a la gente que es lo que a mí me gusta, el contacto directo con la cultura del lugar que visito.
La moto para mí da un sentido diferente a mis viajes, de alguna forma te acerca mucho a la gente, si a eso le sumas el disfrute de conducir sobre dos ruedas y mi pasión por la fotografía, creo que la combinación es perfecta.
Bueno, aquel fue mi primer gran viaje. Fue un viaje SANADOR. Había estado a dos horas de morirme por una terrible negligencia médica que terminó conmigo en el hospital, entubada y con todos mis órganos vitales sin funcionar por un fallo multiorgánico al que sumamos una CID. Menos el corazón todo dejó de funcionar. Recuerdo que cuando me desperté, las enfermeras me decían que era el milagro del hospital, nadie contaba conmigo. Los años siguientes no fueron fáciles, dejé de sonreír, lloraba y mi vida dejaba de tener sentido (¡Con lo que me gustaba y me gusta vivir!), pero aquello había superado a cualquier novela de ficción, fueron realmente años muy duros. Uno de esos días en los que mi desesperación no tenía final, me dije, ¡Vamos a ver!, si la vida te ha dado una segunda oportunidad, DISFRÚTALA y EMPIEZA A HACER ESAS COSAS QUE TIENES PENDIENTES, ESOS SUEÑOS POR CUMPLIR, de ahí mi lema: cumpliendo sueños, y uno de ellos era ir a la India en moto, así que me lié la “manta a la cabeza”. Como dije, fue un viaje sanador, y a cada kilómetro recorrido iba soltando mi pena.
Irán fue un país que me dejó una gran huella como viajera y como persona. Un país al que llegué temerosa, sobre todo por mi condición de mujer, y me fui llorando por la pena de abandonar el país persa. Podría escribir un libro entero de anécdotas que contar porque fueron muchas las que viví. A parte de mi entrada por la frontera, donde me preguntaban continuamente por mi marido y en última instancia por la autorización de él para viajar sola, hubo una muy especial en la ciudad de Yazd donde yo estaba sentada y llorando, soltando esa pena de la que hablaba, una mezcla de felicidad, paz, recuerdos. Uno de esos momentos de profunda sensibilidad, y de repente, una chica con un chador se acercó a mí para preguntarme que me pasaba y ¿Cómo contarla toda mi historia y por qué lloraba?. Ella me preguntaba si no me gustaba el país, si me había pasado algo malo; la dije que no, que Irán era muy bonito y sus gentes también, ella cogió mi mano y se sentó a mi lado; fue una experiencia de humanidad, de compasión y de cariño hacia alguien desconocido como era yo.
¡Uy…Mala consejera soy!… Solo puedo decir y no es consejo que HAY QUE DISFRUTAR DEL MOMENTO, DEL AQUÍ Y DEL AHORA.
Mi primer viaje, lo preparé mucho, y el resto, tengo que reconocer que ya fueron más fruto de la improvisación. Es cierto, que siempre llevo unas etapas más o menos definidas, los documentos necesarios, herramienta, un buen botiquín y mi vieja tienda de campaña. Por lo demás, he ido descubriendo que el camino te va proveyendo de todo.
Muchas jejeje…. Supongo que la de Yazd que os comenté, aunque también hay un montón más. Por citar algunas, en mi último gran viaje por Arabia, cuando conviví con una familia y terminé durmiendo con la abuela, o cuando me quedé atascada en el desierto con la moto y termine literalmente desnuda, bajo aquellos 50 grados para conseguir sacar la moto de allí…. Y bueno, desde nevadas imprevistas con caídas incluidas entre las fronteras de Irán y Turquía, hasta mi angustioso paso por la frontera rusa, entre cientos de ellas.
Siiii… La última, LUSI en honor a mis compañeras de vida, mis dos labradoras Luka y Sira.
Supongo que la pandemia lo ha cambiado todo y a pesar de querer recorrer África, me temo que pasarán unos años hasta que todo se estabilice, por lo que ahora, será todo un poco sobre la marcha. No puedo deciros si mi idea es ir aquí o allí, de momento no sé cual será el camino que podré recorrer; habrá que esperar a la evolución del virus y sobre ello ir viendo.
Me gusta el deporte. He corrido maratones, así que a pesar de no hacerlo actualmente, sigo entrenando, esquío, me enamora la montaña, me gusta leer, pasar tiempo con Sira, mi mascota (Luka lamentablemente se ha ido por culpa de un cáncer), estar con mi gente y también porqué no… disfrutar de mi soledad.
En Asturias jejeje, cuando vengáis… Siempre es más bonito el trato en persona (a pesar de este dichoso COVID). Pero, en redes sociales estoy en Instagram principalmente y tengo un humilde canal de YouTube donde cuelgo vídeos hechos por mí de mis viajes (que nadie espere grandes producciones de cine jejeje). También tengo una web (de andar por casa) www.elsirider.com
Me gustaría terminar, dejando mi humilde aportación para sobrellevar estos duros momentos que nos ha tocado vivir y es que opino, que es un buen momento también para pensar en lo que nos gusta hacer, en cómo queremos vivir, y cómo podemos hacer para mejorar nuestros días. Y bueno, para finalizar lo que siempre digo, que los sueños son el motor de nuestra vida, lo que nos mueve para ilusionarnos y nos hace caminar.
Hasta aquí, la emoción narrada de Elsi Rider. Experiencias vividas que conectan directamente con la esencia de lo importante. Sin saberlo, para nosotros, una lección de vida, un empujón hacia aquello que queremos. Elsi Rider, una moto-viajera capaz de conectar con todos nosotros/as a través de sus palabras.
“Porque el equipaje más importante es sentirnos vivos.”
Elsi Rider
Gracias por aceptar nuestra invitación a este blog familiar, pero sobre todo, gracias por demostrar que todo es posible si crees en ello.
¡Nos veremos en la carretera!
4 comentarios
Viajar solo mola mucho pero para hacerlo así hay que ser muy valiente. Una crak!! A ver si algún día viene por Navarra y la conocemos
claro!! y si no, lo mismo vamos nosotros a conocerla a Asturias cunado se pueda viajar. Sabemos que vas a decir que sí 😀
Me ha encantado conocer esta historia. Muchas gracias por esta entrevista.
Nos alegramos de que te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario.