EUROPA EN MOTO; EN BUSCA DE NUESTRA RUTA FAVORITA

EUROPA EN MOTO; EN BUSCA DE NUESTRA RUTA FAVORITA

AGOSTO 2016;  SUIZA-SUR DE ALEMANIA-REPÚBLICA CHECA

Una vez más, el centro de Europa nos llamaba la atención. La Ruta de los 3 puertos (así es como la llamamos) en Suiza, dirigió nuestro rumbo. Dos semanas y alrededor de 7.000 km de paisajes, historia y anécdotas recorriendo Suiza, el sur de Alemania y República Checa. 

Itinerario del viaje

Como todos los viajes, este también comenzó unas semanas antes; planear recorridos, visitas, organizar el equipaje… Viajar en una moto dos personas, te obliga a elegir entre lo necesario y lo opcional. Y eso que, el tiempo y la experiencia, nos enseñaron que con un adecuado doblado, podíamos ampliar nuestro vestuario.

La planificación siempre nos acompaña pero, al final, los imprevistos son parte del viaje.

Y así, una vez más, nos dirigimos con nuestra Intruder C800 destino a los Alpes, dispuestos a disfrutar de cada curva. En esta ocasión, estuvimos acompañados parte del recorrido por una Vulcan 900. Dos motos de similar estilo, dos custom desafiando los límites de nuestra resistencia. 

Kawasaki Vulcan 900 / Suzuki Intruder C800

Este fue nuestro primer viaje con intercomunicadores. Se acabaron los gritos, los gestos inventados y algún que otro golpe. Viajar en moto nos apasiona, pero si podemos añadir banda sonora y comunicación, el resultado es perfecto. 

Comenzamos el viaje en Pamplona, atravesando Francia durante dos largos días y antes de entrar en Suiza, adquirimos la “Vignette” del país. Pero…¡menuda sorpresa! Aunque solo íbamos a estar 6 días, debíamos pagar la cuota de un año completo. 50€ para todo un año de vías rápidas no parece tan excesivo, pero quizás sí, cuando te encuentras de paso. Aún y todo, queríamos nuestra “Vignette”, por si necesitábamos transitar alguna vía rápida, nunca se sabe…

Suiza, el país conocido, entre otras cosas, por los quesos, chocolates y relojes, nos recibió con una lluviosa tarde de verano. Una tormenta que nos obligó a detenernos. Las tormentas en los Alpes pueden llegar a intimidar. 

Entrando en Suiza

Un pequeño hotel nos esperaba en Interlaken. Con los chubasqueros enfundados conseguimos mantener el cuerpo más o menos seco. Sin embargo, las botas se rindieron ante tal cantidad de agua, su Goretex no fue suficiente.

Necesitábamos tener en las mejores condiciones el calzado para el día siguiente (siempre continuamos de ruta), así que, esa noche, tuvimos que hacer uso de un viejo truco. Introduciendo en el calzado hojas de folletos publicitarios, conseguimos tenerlo completamente seco para la mañana siguiente.

Por la mañana todo apuntaba bien, muy bien. Calzado seco, los Alpes a través de la ventana de la habitación y por delante, un día de turismo en moto por una zona espectacular repleta de cristalinos lagos y eternas montañas. Los alrededores de Interlaken nos esperaban.

Alpes suizos

Visitamos la famosa cascada Trümmelbachfälle (pequeña ruta a pie) cerca de Interlaken por 12 francos suizos (CHF), unos 11€. El precioso pueblo de Thun conocido por su castillo y sus puentes de madera fue nuestro siguiente objetivo. Y para finalizar el día, el pequeño lago Blausse. Un lago mágico escenario de cualquier cuento de hadas, protegido por un denso bosque y con el agua más cristalina que jamás habíamos visto. Un agua tan clara que, a pesar de tener hasta 12 metros de profundidad, las rocas y troncos del fondo se hacían visibles.

Cascada Trümmelbachfälle
Puente de madera en Thun
Lago Blausse

De vuelta al hotel, en Interlaken, degustamos el típico chocolate suizo. Una buena manera de finalizar un día de moto. Sinceramente, nos gustó. Aunque el precio, no tanto.

Al día siguiente, nos esperaba una emocionante jornada. Teníamos por delante nuestra ruta favorita, la “Ruta de los 3 puertos”. No sabemos si ya se llama así o no, pero nosotros le pusimos ese nombre con gran originalidad, jejeje. Si hubiésemos recorrido 5 puertos, ¿sabéis cómo se llamaría?

Una ruta circular, que nos llevó a través de glaciares, cascadas, lagos y montañas unidos por infinidad de curvas. Una ruta recorriendo 3 puertos de montaña de más de 2.000 metros de altitud: Grimselpass (2.164 mts), Furkapass (2.453 mts) y Sustenpass (2.224 mts)

Grimselpass
Furkapass
Sustenpass

Cada viaje te deja un recuerdo y en todos encuentras lugares que nunca olvidas, pero esta ruta, en concreto, nos tiene enamorados. Hasta el día de hoy, podemos decir que es nuestra ruta favorita. Sin duda, podríamos plantear un artículo completo sobre esta ruta, pero pretendemos ser breves.

Destacar del recorrido el glaciar del Ródano, en la famosa curva del hotel Belvedere en Furkapass. Poder acceder andando al interior del glaciar y admirar el hielo que se ha creado durante miles de años es, simplemente, impresionante (coste de 8€).

Para completar el día, disfrutamos de un tranquilo paseo (andando sí, aunque no lo creáis) por la Garganta del Aare. Un recorrido adaptado que acompaña al río Aar entre cuevas y acantilados.

Garganta del Aare en Meiringen

Al día siguiente, en nuestra quinta jornada, nos pusimos en marcha dirección Zúrich, la ciudad más poblada de Suiza a pesar de no ser su capital. No estuvimos allí más de una tarde, pero pudimos descubrir sus encantos y pasear junto al río Limago en un atardecer de verano.

Zúrich, río Limago

Por la mañana, temprano, pusimos rumbo a Múnich, pero no sin antes visitar las cataratas del Rhin (5€), el mayor salto de agua de Europa central. Allí, en aquel lugar, te sientes tan pequeño frente a la fuerza y belleza de la naturaleza, que solo puedes admirar. Las palabras se hacen escasas para acercaros ese momento, por eso os dejamos el siguiente vídeo;

Cataratas del Rhin

Tras el espectáculo, unos “pocos” kilómetros después, atravesamos la frontera con Alemania y llegamos a Múnich. Destino al que dedicamos un par de días, aparcando la moto, para conocer sus costumbres, saborear su cultura y aprender sobre su historia. 

Múnich

Los paseos, los biergarten y las visitas guiadas (aconsejamos los free-tour para conocer los secretos de cada ciudad europea) dejaron descansar por unos días a nuestras incansables compañeras. Ellas se lo merecían y nuestros cuerpos, agradecieron estirar las piernas. Sin tener que conducir, pudimos disfrutar de su conocida cerveza.

Múnich es una ciudad repleta de atractivos y merece mucho más tiempo, pero era todo lo que podíamos dedicarle. Así que, recorriendo sus calles de un lado a otro cargados con planos y cámaras, visitamos aquello que considerábamos no podíamos perdernos y nos empapamos de toda su historia reciente.

Dos días más tarde, volvimos a establecer vínculos con nuestra “custom” para llegar a República Checa. La verdad es que ya echábamos de menos a nuestra “pequeña”, nos sentimos más nosotros encima de ella.

Al llegar a República Checa, hicimos la parada de rigor para adquirir la “Vignette” y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos dijeron que las motocicletas estaban exentas de pago. Así que, con una sonrisa dentro del casco, nos montamos y continuamos el camino con unos euros más en el bolsillo.

Atravesamos parte del país y llegamos a Praga. No solemos visitar únicamente la capital, pero hicimos una excepción, era un destino que rondaba nuestras cabezas desde hacía tiempo. Como sospechábamos, la visita al Puente de Carlos mereció la pena. Lo habíamos recorrido tantas veces en las carreras del videojuego “ForzaMotorsport” que ya sentíamos que lo conocíamos. 

Una ciudad que ha sufrido dos guerras mundiales, pero que ahora, es un bullicio de turistas y un conjunto de coloridos y monumentales edificios (desde su famoso reloj astronómico medieval al Puente de Carlos). Llena de historia y con una deliciosa gastronomía (os recomendamos el postre típico “strudels”) es una ciudad que merece la pena visitar.

Strudels

Hasta el momento, era el lugar más al Este que habíamos alcanzado, lo más lejos de nuestra casa. Pero, todo llega a su fin y nos tocaba comenzar el viaje de regreso, no sin antes realizar alguna que otra parada para hacerlo más ameno, menos deprimente. 

Volvíamos a cruzar la frontera con Alemania, esta vez en dirección Oeste. Antes de dejar el país, aprovechamos unos días para recorrer la Selva Negra, en el suroeste del territorio.

Frontera República Checa con Alemania

Lugar de leyendas de los hermanos Grimm, bosques interminables y oscuros, pueblos de ensueño como Triberg, Gengenbach (donde se rodó “Charlie y la Fábrica de chocolate”)… y sus dos cosas más “típicas”; los relojes de cuco y el postre con su mismo nombre, ¡menuda fiesta de chocolate!

Triberg

Fueron un par de días de asfalto entre montañas rodeados de inmensa naturaleza. Lugares increíbles que nos evocaron a nuestra tierra, haciéndonos comprender que a veces, no valoramos lo cercano, teniendo una magia similar. Además de la Selva Negra, aprovechamos para recomendar la Selva de Irati y sus alrededores en Navarra.

Y tras sentirnos durante un tiempo como en casa, ahora ya, no teníamos más tiempo, estábamos obligados a poner rumbo al hogar. Dos días de agotadora autopista, atascos, calor… pero con la mente puesta en los recuerdos de un espectacular viaje lleno de grandes momentos que nunca se nos olvidarán.

Dos intensas semanas, 3 países visitados, cientos de anécdotas y recuerdos, más de 7.000 kilómetros de vida.

Suiza, en el corazón de los Alpes, no nos defraudó. Su naturaleza abrumadora hace que recorrer su asfalto sea un festín para los sentidos. Un lugar donde detrás de cada curva puede esperarte una cascada, un lago o una gran montaña.

Alemania, su combinación entre historia y paisaje hacen que quieras descubrir más. Pocos días para conocer únicamente el sur del país, pero suficientes para saber que esconde más secretos que nos harán visitar la parte norte.

República Checa, por cuestiones de tiempo sólo pudimos conocer su capital. Era uno de esos lugares de ensueño que ansiábamos visitar. Su historia, arte, gastronomía, cultura… hicieron que mereciera la pena llegar hasta tan lejos. Estamos seguros de que volveremos para recorrer el país entero.

Y este fue el último “gran recorrido” con nuestra Intruder C800. Como incansables devoradores de kilómetros, sentíamos que necesitábamos algo más “rutero” y dinámico que nos hiciese los viajes y la conducción más “cómoda y segura”.

Siempre estaremos enamorados de ella, la primera moto con la que comenzamos a recorrer otros países. Culpable de iniciarnos en lo que ahora, es nuestra manera de vivir, creando el germen de lo que ahora somos. Alrededor de 70.000 kilómetros repartidos en viajes, rutas, quedadas, concentraciones… una moto que forma parte de nosotros.

Suzuki Intruder C800 en Sustenpass

Si estás pensando en realizar un viaje similar a este o simplemente tienes curiosidad por estos destinos, cuenta con nosotros para cualquier duda o recomendación. El principal objetivo de compartir nuestras experiencias es ofrecer una posible fuente de información para quien la precise.

¡Nos vemos en la carretera!

13 comentarios

  1. Me ha gustado mucho vuestros comentarios sobre este viaje que yo llevo tiempo queriendo hacer aunque mi idea es mandar la moto a Praga y desde allí hacer más menos el viaje que ustedes hicisteis.
    Muchas gracias

    1. Gracias por leernos Rafael.
      Desde luego, es una opción a considerar para evitar cientos de kilómetros de autopista.

  2. Pues después de leer el artículo, nos entran ganas de hacerlo….Os manda un saludo muy afectuoso,
    Los 3 mosqueter@s

    1. Entonces hemos conseguido el objetivo. Es una zona espectacular para disfrutar de nuestras motos. Nosotros volvimos enamorados, tanto… que próximamente estará en nuestra oferta de viajes.

  3. Me ha encantado vuestra idea de viaje y tengo intención de hacer una ruta similar pero acabando en Italia y luego en ferry hasta Barcelona.
    ¿Me podríais decir aproximadamente el gasto en gasolina?, se que los precios no son los mismos y que dependen de la moto que conduzcas, pero quiero poder hacerme una idea mas o menos.

  4. Buenas soy de Colombia quiero recorrer todos los países de Europa en moto Por dónde empezar y cuánto tiempo estimado tardaría en mi imaginación estimo entre un año y dos ustedes me aconsejaran gracias

    1. ¿Todos? Entonces si, fácilmente año y medio o dos años. Algunos son pequeños, pero en otros tienes muchas cosas que visitar si quieres verlo “todo”.

    1. En nada se podrá empezar a viajar. Todo es plantearse el viaje, empezar a prepararlo y elegir fechas jejeje.

  5. Chic@s! Mil gracias por este artículo! Hace un año comencé a planificar una ruta muy similar haciendo parada en algunos de los puntos que describís!! Así que me lo guardo porque espero que en breve pueda echar mano de él. Buena ruta!

    1. ¡Gracias a ti por leernos! Cualquier cosa que necesites y te podamos ayudar no dudes en escribirnos. ✌️✌️

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Compártelo en tus redes
Facebook
Twitter
LinkedIn
Email
Abrir chat
1
💬 ¿Podemos ayudarte?
Sentidomotero Viajes
Hola moter@,
¿En qué podemos ayudarte?