Comenzamos el día con las presentaciones, un buen desayuno y la foto de grupo. Un grupo formado por conocidos y no conocidos, moteros y moteras de Navarra, País Vasco y Cantabria unidos para compartir kilómetros.
La jornada estaba perfecta, asfalto seco y clima cálido, ruedas a punto para sentir cada kilómetro.
Y llegamos a la foz de Arbaiun, la reina de las foces navarras nos deleitó con un paisaje difícil de olvidar. Continuamos hacia el Roncal, siguiendo solitarias carreteras, de esas que sacan nuestro lado más aventurero.
Comida en Puente la Reina de Jaca, visita al Monasterio de San Juan de la Peña y continuamos desafiando la inclinación de nuestras ruedas en cada curva.
La ruta nos llevó al moto-camping de Anzánigo. Allí, visitamos el Monumento a San Glas y el Muro de las Lamentaciones, intercambiando anécdotas y aventuras en una conversación algo nostálgica.
Su lema; “La moto te hace feliz”, nos devuelve el porqué estábamos ahí… La moto une, juntos compartiendo mucho más que una ruta.
De vuelta a la carretera, una ruta circular hasta el lugar donde comimos, continuando por el asfalto que nos llevaría hasta el pantano de Yesa.
De vuelta a nuestro punto de origen, Pamplona.
330 kilómetros de aquello que más nos gusta, rutas que empiezan y terminan con ganas de más…
