Está claro que se puede disfrutar de la moto en solitario. Pero es indiscutible, que los moteros somos seres sociales. Nos gusta compartir esta afición. Las rutas en compañía suman experiencias, consejos y te invitan a vivir aventuras que, quizás en solitario, no tendrían cabida.
Rodar en grupo gusta, pero debemos tener una cosa clara, no tiene nada que ver a cuando lo hacemos en solitario. Cada componente tiene responsabilidades para con los compañeros del grupo. El objetivo está claro, disfrutar con la máxima seguridad posible.
No importa si es una ruta corta o si se trata de un viaje en moto, hay unas premisas clave a tener en cuenta para que todo fluya “sobre ruedas”.
En todo grupo, debe existir la figura del “cabeza de ruta”. Normalmente, aquella persona con mayor experiencia o conocimiento del recorrido.
Inmediatamente detrás, se sitúan las motos más lentas o con menos experiencia. De esta manera, el “leader”, puede adecuar la velocidad a las capacidades de estas motos.
Si es posible, al final del grupo circulará otro piloto experimentado y que también conozca la ruta. Así, será la “moto escoba”, acompañando a los rezagados y convirtiéndose en guía de un segundo grupo, si fuese necesario.
Nunca debemos circular inmediatamente detrás de la moto que nos precede, siempre hay que mantener una distancia de seguridad acorde a la velocidad y al tipo de vía.
Y cuando sea posible, hacerlo de manera escalonada, “zig-zag” o “tresbolillos”. Si el primero circula por el lado izquierdo, el segundo lo hará por el derecho, el tercero de nuevo por el izquierdo y así sucesivamente. De esta manera, contaremos con el doble de espacio de frenado ante la moto siguiente de nuestra fila.
En una salida en grupo, pueden coincidir diferentes modelos de motos, que ofrecen diferentes sensaciones y se conducen de maneras distintas.
Desde las pesadas GT traga kilómetros, pasando por las rápidas deportivas, las ágiles nacked, las polivalentes trails, hasta las exigentes customs. Todas ellas, con prestaciones preparadas para distintas conducciones.
Incluso dentro de los mismos tipos, encontraremos diferencia de cilindrada y potencia.
Para solventar las diferencias que puedan existir en el grupo y que nadie se sienta forzado, podemos escoger entre dos manera de rodar:
En los viajes largos, siempre hay que tener en cuenta también, el diferente cansancio que pueden provocar un tipo de motos u otras.
La hermandad motera se demuestra en cada salida en grupo.
Si acordamos un ritmo para circular juntos, lo importante es vigilar a la moto de atrás. Si esta se queda, por la razón que sea, iremos disminuyendo la velocidad. La moto que circule delante de nosotros hará lo mismo y así sucesivamente.
De esta manera, llegará la información de disminuir el ritmo a la moto de cabeza o “road leader”.
Si por algún motivo, una moto tiene que adelantar a uno o varios miembros dentro del grupo, siempre se hará con la máxima seguridad. Manteniendo el espacio entre motos y avisando de su maniobra.
Como hemos indicado, tanta variedad de motos implica también consumos y autonomías muy diversas.
Lo más aconsejable es llenar el depósito todos a la vez, cuando se pare por necesidad de la moto con menos autonomía. De esa forma, evitaremos parar a los pocos kilómetros porque otras motos se hayan quedado sin combustible más adelante.
Si aún no lo has probado…¡Anímate a rodar en grupo!.
Un comentario
Me gustaría hacer una experiencia de viaje en moto grupal
No tengo experiencia