“Como la mayoría de estas historias, todo comienza por la insatisfacción de lo que estás haciendo en ese momento. Y, por supuesto, por el ansia de conocer mundo, mucho más allá de las tres semanas de vacaciones al año.”
Palabras narradas en primera persona por nuestro protagonista, Samuel. Palabras que describen a la perfección una personalidad aventurera, poco amiga de la rutina y con muchas, muchas ganas por vivir.
Ex-banquero de profesión y afectado por lo que llaman ahora modernamente burnout (“estar quemao”), tras 15 años de estabilidad profesional y laboral, Samuel optó por dar un giro de vida.
Su etapa de banca había terminado para comenzar, en 2021 una vuelta al mundo en moto en solitario que arrancaría dirección Sudáfrica.
Vamos a sumergirnos en las aventuras de 2 Ruedas por el Mundo, prepárate para conocer más de cerca a Samuel y su fiel compañera de viaje, Rocinante.
–NOMBRE: Samuel
–PROCEDENCIA: Málaga
–LUGARES RECORRIDOS EN MOTO: India, USA, Marruecos, Francia, Italia, España, la costa Oeste de África, Ruta 66 y, actualmente, América en dirección a Ushuaia.
–TIEMPO Y KILÓMETROS EN MOTO: Desde 2016, calculo que iré por unos 100.000 km pero, la verdad, es que ya dejé de sumar.
– TUS MOTOS: F650GS, KTM 1290 SAS y ahora, “Rocinante”, mi Yamaha Ténéré 700. Comencé, con la que llamo “mi moto de prácticas”, una vieja moto de segunda mano que compré recién sacado el carnet en 2007, una Kawasaki ZZR 600 limitada. Cometí el error de venderla porque la pareja que tenía entonces, no le gustaba montar en moto.
Cuando me divorcié, en 2016, fue lo primero que hice, volver a tener moto. Por aquel entonces, compré la F650GS, volvíamos a tener “mi moto de prácticas”. Además de estas motos, mis rutas por India o USA fueron con motos de alquiler como la Royal Enfield o Harley Davidson.
Mi experiencia en moto se remonta solo a 2016. Fue en la India, donde alquilé una Royal Enfield para recorrer el sur del país. Había viajado mucho antes, pero fue la primera vez en moto, un gran descubrimiento para mí.
Poder organizar totalmente la ruta, horarios, paradas y descansos… Y sobre todo, esa sensación inexplicable de ir en moto y sentirlo todo en primera persona. Los olores, la temperatura, el viento…Todo se intensifica y eso me gusta.
Difícil elegir, por un lado me gusta compartir el viaje con alguien, pero por otro, mi forma de viajar es muy lenta. Me gusta hablar con la gente, conocerles. Y, cuando viajas solo, se acercan más a interesarse por tu viaje, o a ofrecerte alojamiento o ayuda.
Por otro lado, con ese viajar lento, también me refiero a la velocidad. Algunas veces, cuando he salido en grupo, y veo que no se respetan las reglas, me incomoda. Incluso, si el ritmo no es mi ritmo, me he vuelto solo a casa. Ante esas experiencias, actualmente, disfruto más viajando solo, me parece más seguro. Pero este, es mi caso concreto por mi forma de viajar, y por que todavía no he experimentado lo suficiente.
También decir que, últimamente, cuando viajo solo, nunca estoy solo. Por África siempre estuve acompañado, y América tiene pinta que iremos en la misma línea.
Referente al off road, también tengo sentimientos encontrados. Me gusta no, me encanta (sonrisa en la cara cuando toco tierra) Es cuando disfruto de verdad, pero lamentándolo mucho, intento evitarlo y meterme en fregados solo cuando es estrictamente necesario. Incluso así, por África, me compliqué en más ocasiones de las que me habría gustado.
Volviendo a mi forma de viajar, solo, tan cargado, con mi inexperiencia y con tantos kilómetros por delante, tengo que cuidar mucho de mí y de Rocinante.
Siendo así, no nos han faltado por África todo tipo de terrenos…Arena, barro, ciénaga, piedra suelta, y muchas muchas caídas. Aunque intento evitar esos terrenos, a menudo, es complicado.
UNA FRASE QUE TE DEFINA: “La ruta proveerá, y así se va cumpliendo, cualquier imprevisto en el camino, el propio camino lo va resolviendo.”
Seguiré viajando de cualquier forma. Me gusta seguir conociendo y enriqueciendo. Cada nuevo país, cada nuevo contacto que hago, nuevas culturas, comidas, noto que voy enriqueciéndome cada vez más y más.
A veces, pienso que voy demasiado cargado para la moto, y se me pasa fugazmente por la cabeza, “¿qué tal sería una Camper para llevar todo esto?”, pero luego digo, “quita quita, que seguro que la cargo más todavía”. Aunque te mojes, chupes polvo, o a veces te empiece a doler el culo, la sensación de viajar en moto, no se parece a ninguna otra forma de viaje que haya probado previamente.
Para intentar vivir, tenía unos ahorros y dije ahora o nunca, de qué me sirve tener esa estabilidad, un buen sueldo, si lo que estás haciendo no te gusta. Día tras día amargado, trabajando de 08:00 a 20:00. Llegas a casa muerto y solo quieres descansar, cenar y dormir, ¿y vivir dos días del finde?.
Creo que no es vida. Vi un par de casos de personas recién jubiladas, enfermar o morir al poco tiempo, y pensé, “¿esto es lo que me espera?”. Ni hablar, voy a viajar ahora y luego ya veremos qué hacemos. Y cuando se me gasten esos ahorros, tendré que volver. Pero intentaremos al menos, trabajar en algo que me guste o trabajar menos. Ganaré menos seguramente, pues habrá que adaptar la vida a los ingresos, pero eso ya se verá más adelante, ahora voy a vivir un poco.
Podría seguir, pero puedo decir que el resumen de los consejos es usar siempre el sentido común. Ahí tendremos el equilibrio entre disfrutar de un viaje asumiendo los riesgos estrictamente necesarios y no parar de conocer y descubrir cosas nuevas.
Esto es como preguntar, “¿a quién quieres más, a papá o a mamá?.”
¿Volver? a la India o Marruecos. La India porque es un lugar especial para mí, me marcó mucho. He estado dos veces, y tengo pendiente una tercera, que la haré más lento.
Si respondo como algo práctico, Marruecos es un lugar increíble que tiene de todo, que lo tenemos a tiro de piedra. Todavía es muy económico viajar por allí y su gente, es increíble. Por supuesto, a Marruecos volveré siempre.
Realmente, cuando me tiro 5 días por carretera disfrutando de paisajes sin sobresaltos, es cuando se me pasan más cosas por la cabeza hablando conmigo mismo. Cuando te preguntas, “¿dónde vas?”, “¿qué estás buscando?.” Pero entonces, pasa algo y te olvidas de todos esos pensamientos.
Esto va a sonar un poco masoquista. Justo cuando tengo esas situaciones complicadas, son las que le dan vida al viaje, y en lo que menos pienso es en volver. Lo primero, porque mi cabeza la tengo al cien por cien en resolver la situación, y no queda hueco para pensar en otra cosa.
Y, lo segundo, porque en esos momentos, la gente a tu alrededor saca lo mejor de ellos para ayudarte y ahí descubres la auténtica naturaleza de las personas.
Esas situaciones complicadas, también aportan a mi enriquecimiento. Así que, después del calentón inicial, me relajo y saco lo positivo de lo que ha pasado y continuamos la ruta.
¡Eso lo tengo clarísimo!. No había pasado Senegal y el viaje ya me había cambiado. No quiero perder un minuto visitando un Cristo del Corcovado en Río de Janeiro, totalmente masificado de gente.
Prefiero conocer gente local que me lleve a ver un espectáculo de samba, los entrenos de las orquestas para los carnavales, que me hablen de su vida y de la vida de toda esa gente. Cada vez, las atracciones turísticas me atraen menos. Aunque tengo que reconocer, que luego digo, “¿estoy aquí y no voy a verlo?”. Al final fui a ver al Cristo, me hice la foto y pensé, “nunca más”. Sé, que volveré a hacerme esa foto en la atracción turística, pero mi cabeza me dice que no lo haga más.
África, el principio de mi gran viaje, sabía que sería la parte más difícil, pero quería que fuera el principio del viaje. Ha sido un reto, y el reto se ha cumplido, aunque me queda la espinita de la costa este, la dejo en la recamara.
Hay dos preguntas que se repiten, “¿te arrepientes?” , en absoluto, mereció la pena cada minuto. Y “¿volverías a hacerlo?”, tengo que pensármelo. En la costa oeste de África, aunque siempre encontramos soluciones, he tenido momentos muy difíciles para mí.
Rocinante es mucho más que eso. Es la mejor compañera que he podido elegir. Estamos en unos 36.000 KM y se está portando de lujo. Todo lo que hayamos tenido que haber ido al mecánico, ha sido para cambiar piezas de desgaste, en ocasiones, gastadas antes de tiempo por el mal uso que ha podido dar el piloto inexperto. Ya hemos cambiado pastillas de freno antes de tiempo, discos de embrague antes de tiempo, kit de arrastre después de tiempo (acabo de cambiar a los 35.000 km, tendría que haber sido mucho antes).
Quitando todo esto, Rocinante no se queja de nada, se está portando de maravilla, se bebe la gasolina que le eche sin importarle la calidad, se mete por donde le diga, la llevo con sobrecarga… Insisto, me sobra moto, más potencia de lo que necesito, mucha fiabilidad. Voy sobrado.
Para nada, de lo único que me arrepiento es de no haberla tomado antes. Pero de eso tampoco me arrepiento, todo llega cuando tiene que llegar, las cosas es mejor no forzarlas. Aquí, me puedo poner un poco filosófico y aplicar la frase: “la ruta proveerá”. Y en este caso, la ruta no solo se refiere a la carretera, la ruta de la vida, irá dando lo que necesitemos cuando sea el momento.
Mi padre decía, “Dios aprieta pero no ahoga”. Y así es, todo llega cuando tiene que llegar, y a mí me tocó liberarme en 2021.
Me ha sacado una sonrisa esta pregunta. Mi objetivo inicial, es dar una vuelta al mundo, no puedo pedir más, si lo consigo, satisfecho. Aunque tengo que decir, que la voy reduciendo. Durante África pensé… “bueno, vamos a terminar África, y vemos”. Luego dije “África lista, vamos a por América, a hacer el Ushuaia-Alaska.” En América dije, “Sudamérica, allá vamos”. Luego … “vamos a ver sí llegamos de Montevideo a Río”, y así sucesivamente. En lugar de aumentarlos, me voy marcando más objetivos a corto plazo, ante las dificultades que voy viendo. Pero sí, ahora estoy en el Río-Ushuaia, con Alaska en mi cabeza.
Por muy viajero que parezca, en el fondo soy bastante casero. Bricolaje, cocina, maratones de series, son mis preferencias principales.
Poder arreglar cosas es mi perdición, cuando me encabezono en arreglar algo roto o averiado, puedo estar horas sin comer o sin descansar, se convierte en obsesión, hasta que lo consigo, soy bastante perseverante. Tengo una amiga que dice que da la sensación de que tengo orgasmos cuando consigo salirme con la mía y devolver algo inservible a la vida. Quizás a eso sea a lo que deba dedicarme cuando se termine este viaje.
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Actualmente, Samuel se encuentra en Brasil, continuando su aventura motoviajera. Muchas gracias por aceptar, desde allí, la invitación a participar en esta entrevista.
Conocerte un poquito más, nos ha hecho recordar el porqué de nuestros propios inicios. Sintiéndonos reflejados en tu carta de presentación, esta entrevista la hemos sentido de una manera especial.
Continúa tu aventura de vida con esa energía e ilusión que te caracterizan.
Gracias, una vez más, por resaltar el valor de lo que realmente importa…¡VIVIR! Y si es con 2 Ruedas por el Mundo, mucho mejor.
