En Noviembre de 2016 dejamos el mundo “custom” para dar la bienvenida a nuestra actual montura. Una gran rutera que llegó con las maletas cargadas de “próximos destinos y nuevas aventuras”. Una Triumph Trophy que muchos ya conocéis como… “Plasti”.
Y ya que es un modelo pensado para devorar asfalto y recorrer todos los kilómetros que te propongas… ¿Quiénes éramos nosotros para no darle el gusto?
De modo que, además del Viaje en moto a Rumanía que ya compartimos con todos vosotros, quisimos seguir recorriendo con ella la Península. Buscando esos rincones que te dejan sin palabras, carreteras llenas de historia y solitarios paisajes con belleza singular imposible de capturar en una instantánea.
La Transpirenaica fue uno de los primeros viajes que realizamos con nuestra Trophy. Teníamos que hacernos a ella y qué mejor manera que con un empacho de curvas y puertos de montaña. Partiendo desde Pamplona, comenzamos un viaje que nos llevó por los pasos más emblemáticos de la cordillera de Los Pirineos. ¿Qué podemos decir de este recorrido? Quien ha podido hacerlo, conoce su belleza. Valles, bosques, montañas… unidos por un sin fin de giros encadenados. Un paraíso para cualquier motero/a, un reto para ciclistas y posiblemente, un buen mareo para más de un copiloto en coche.
Puertos de montaña como el Alto de Larra, Somport, Portalet, Col d’Aubisque, Col du Tourmalet, Portillon… y muchos otros que harían de este post una lista interminable, hicieron que bailásemos con nuestra nueva moto, en ocasiones, por encima de las nubes. Desde luego, fue una buena manera de hacernos a ella. Una vez en esas carreteras no nos quedaba otra que aprender a domarla. Los Pirineos no acabaron en este viaje, siempre que hemos podido nos hemos acercado a visitarlos.
La provincia de Guadalajara fue otro de los destinos donde nos llevó nuestra “pequeña” rutera. Elegido casi por casualidad, la sorpresa de sus paisajes y la belleza de sus pueblos fue todavía, si cabe, más sorprendente. El Puerto de la Quesera, lugar de entrada a sus bosques de pinos, hayedos y formaciones rocosas imposibles. Una carretera con la que atravesamos la comarca de los Pueblos Negros, donde las casas forman parte del paisaje y la naturaleza parte de los pueblos.
Guadalajara es también tierra de historia y leyendas, encontrando en ella multitud de pueblos medievales como Sigüenza o Atienza y castillos como el de Jadraque, conocido popularmente como el castillo del Cid.
¡Recomendación! Si optáis por un viaje a esta zona a primeros de Julio, no olvidéis admirar los campos de lavanda de Brihuega. Todo un espectáculo para la vista, el oído y, por supuesto, el olfato.
Cantabria, comunidad con la que tenemos citas de manera periódica. Un lugar que por sus paisajes o por su gente, o por ambas cosas, nos tiene enamorados. Todos esos puertos de montaña que entrelazan verdes valles y conectan finalmente con el mar… hacen que siempre queramos volver. Los valles pasiegos, el valle de Asón, las marismas de Santoña… lugares para disfrutar con un asfalto muy cuidado. Combinación perfecta para cualquier motero/a.
Huesca es otra de las provincias que nos ha visto serpentear sus carreteras en varias ocasiones. Y es que, esta comunidad que tenemos tan cerca, está llena de sorprendentes secretos. Desde los Parques Naturales y carreteras de montaña del Norte, pasando por la Sierra de Guara, hasta su zona Sur, nos ofrece un contraste paisajístico digno de visitar en cualquier época del año. Si le añadimos pueblos medievales, cañones, monasterios y gastronomía… Entran ganas de arrancar motores, ¿no?.
La Rioja y Soria también forman parte de nuestra historia. Circulando entre viñedos, valles y gargantas podemos encontrar restos de gigantescos reptiles antepasados y pueblos donde el tiempo parece haberse detenido. Carreteras estrechas, en ocasiones húmedas y sombrías, que por lo que se ve, además de a los dinosaurios, gustan a algunos moteros jejeje. Unas comunidades que siempre ofrecen sorprendentes rutas por sus Parques naturales, reservas y sierras.
Castilla y León, una Comunidad Autónoma que vamos recorriendo poco a poco. Nos ha dejado viajes inolvidables por provincias como Burgos y Segovia, donde hemos disfrutado de su naturaleza, sus campos y, por supuesto, su gastronomía. Su extensión cuenta con multitud de rincones para disfrutar con nuestras motos.
Y para terminar este breve resumen de nuestros viajes por la Península con “Plasti”, no podemos hacerlo sin recordar una de nuestras mayores aventuras/retos, que por circunstancias familiares nos vimos obligados a cancelar durante el recorrido. Hablamos de Desafío Península, un trayecto contemplado para 9 días, en pleno invierno, con un total de 4.200 kilómetros (sin vías rápidas). Recorriendo el perímetro de la Península, en jornadas de unas 9 horas de moto, para alcanzar su puntos cardinales más extremos. Toda una odisea de lluvia, vientos, ciclogénesis y heladas… que bien se merece un post propio más adelante, cuando podamos completarlo. Si tenéis curiosidad sobre este viaje, en Instagram Video de Presentación y el hashtag #desafiopeninsula, están todos los detalles.
Esperamos que hayáis disfrutado de este post, motivando vuestro espíritu viajero. Y si ya teníais planeado algunos de estos viajes… ¡a disfrutarlos! Cualquier curiosidad o duda que os surja, ¡aquí estamos!
¡NOS VEMOS EN LA CARRETERA!